Te cuento que en mis ojos
Siento vibrar la noche
Que aguza melodías
Y afina el silencio
Te cuento que con las manos
Toco un cuerpo necesario
Un cuerpo finísimo y sincero
Que huele a melancolía
Me da su beso funerario
Toco sus senos en agonía
Devoro el espacio de su sombra
Y oigo su canto tiritante
Le araño la cara indefinida
Con mis alas aun sangrantes
En su piel de viejas rosas
Y el sabor a muerte de sus labios.