No hay bocas pardas ni rojizas
Que exhalan humo como niebla
Ni roncas notas que se lavan
El rostro en copas de licor
Por bandoneón existe apenas
El frío aliento de la tarde
No hay desnudez de la guitarra
Ni arpegios claros de mujer
Extraño entonces como brota
De mi garganta y de mi piel
Este arrabal de noches tristes
Hediendo a alcohol y a poesía