Yo soy el único que conserva los caminos,
las llegadas, los atajos y los escondites,
nada tiene memoria de mí,
yo soy el único que mantiene sus pasajes intactos,
nada o poco ha cambiado,
pero este lugar no tiene recuerdos de mi,
este lugar no me recuerda,
me mira desde sus ángulos, desde sus sombras,
como quien mira a un extraño,
me siente pisándolo y lo recorre un escalofrío,
me contiene con recelo,
nada parece conocerme,
los espacios que toqué y los suspiros
aun rondan imprecisos por el aire,
aun son espacios y suspiros,
pero nada aquí parece recordarme,
mi altura o mi forma,
o mi voz o mis ojos,
nada, quizás es que soy otro hombre,
quizás no soy el mismo que aquí estuvo,
pero mi voz resuena en los rincones de mi casa,
y mis suspiros allí son más claros y me tocan,
aquí en cambio nada me recuerda,
quizás no estuve aquí nunca.
Pero me niego a creerlo